¿Por qué me gusta tanto hacer radio?
Tiene algo de inexplicable; una sensación que sólo puede comprender quién alguna vez estuvo ahí. Una bella mezcla de placer, trabajo, responsabilidad y oportunidad. Y de compartir, un magnífico compartir de emociones, no importa de qué lado del mic estemos. Como cuando yo era chico y mi vieja escuchaba Rivadavia, con Fontana, Larrea, Carrizo. O como cuando adolescente y viajaba muy lejos en el Tren Fantasma, o cuando acompañaba a mi viejo de radio en radio llevando su música y sus sueños.
Siempre, de un modo u otro, la radio. Y finalmente, mi turno. Tardío, casi impensado pero de alguna manera siempre buscado. Y llegó.
¡Feliz día, querida radio! ¡Gracias por todo!
Leído en la apertura del programa 138
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por comentar. Tu mensaje quedará en espera de moderación y será publicado en breve, a criterio del autor del blog. Saludos,