viernes, 18 de diciembre de 2015

Fonética para un mudo

El color de la locura
o el tono de la arrogancia.
Y el de la introspección,
que también tiene un color.
Y el del frío, que se le parece.
Gestos cargados de gestos,
y cada cual atiende su juego.
De vez en cuando un mudo habla,
y celebra el sepelio de la ignorancia.
Si atentos están los sentidos
de aquel que se atiene a leerlo,
no habrá ningún sonido, no hará falta.
Voz al que no dice, no reclamo,
ni concedo afonía al que no habla.
Un color, una acción, un desvelo
hablará por él, como él, para mí.
Colores cálidos de una voz que se alza,
con las palabras que anhelo escuchar.

Leído en las aperturas de los programas 257, 295 y 584