sábado, 30 de julio de 2016

Gracias, Raymond

Sentado en la penumbra y a punto de encender el último cigarro de la noche, sus pensamientos se perdían en los ojos de aquella mujer mientras giraba con el dedo el hielo de su Jack Daniels.

Pero no. Ser Marlowe no era lo suyo, aunque lo disfrutaba. Casi convencido de ello, retomó la lectura.

Leído en las aperturas de los programas 284 y 358.

viernes, 15 de julio de 2016

El secreto de la ley

La ley en mi pueblo es secreta. Bueno, secreta precisamente no, pero sí lo es su contenido. Me explico: todo el mundo sabe de su existencia, y algunos de los ciudadanos han llevado al extremo su celo por la ley recitando de memoria su número, y van de aquí para allá declamándolo. Pero del contenido, nada. Nadie sabe exactamente qué dice, de qué trata, cuál es su texto. La situación es en extremo complicada: los habitantes del pueblo transcurren sus días entre la duda de no saber qué hacer para no quebrar la ley y el temor de que les caiga con todo su peso por haber hecho algo malo sin saber qué. Mientras tanto el Alcalde, quién secretamente conoce al detalle el texto, hace lo que le place sin que nadie se atreva siquiera a sospechar de él.

Leído en la apertura del programa 283

sábado, 9 de julio de 2016

En tiempos de dependencias

Usualmente, lo formal dista bastante de lo real.

Discursos, desfiles, pompas y circunstancias varias no negarán salvo para el ciego, 200 años de estar en veremos.

Por eso me cuesta hablar de independencia en tiempos de dependencias varias.

La otra historia, aquella famosa que no escriben los que ganan y sólo puede leerse en las caras, no es la que cambia espejos españoles por otros barros extraños, sino que se juega cada día en las calles de cada rincón del país. De todo el país.

Mientras haya un pibe con hambre, un adicto en las calles, un padre sin trabajo, un viejo abandonado en el tiempo o un joven postergado y se continúen sus razones, la independencia no será.

200 años casi que no alcanzan. Sigamos hasta lograr que una celebración sea posible.

Leído en la apertura del programa 281