Le pregunté a la inteligencia artificial, qué es la felicidad. Tanto conocimiento acumulado entre circuitos y cables, debería tener la respuesta definitiva, pensé, la que pensadores, filósofos, psicólogos y etcéteras explican pero sin expedir receta.
Me respondió, "la felicidad es un concepto multifacético que puede experimentarse de diversas maneras" y coso. Si, ya sabíamos. Mucho de artificial pero de inteligente, poco.
La búsqueda de la felicidad siempre me sonó a reposición de inventario. A objeto por buscar y comprar en el shopping de las subjetividades que solo atiende unos minutos sin informar día y hora. A una cuasi-esperanza pendiendo de una vara frente a nuestros ojos, inalcanzable.
En ocasiones, debo decir con inocultable orgullo, se me dio la fortuna de encontrarla.
Usted, si tuvo la misma suerte, sabe que es breve. Pero también, que es fuerte, que es como una gloriosa emoción, tan profunda que parece imposible de perder, de tan bien guardada que se encuentra.
Si usted no la encontró aún, hablamos de la felicidad le recuerdo, esté atento porque no pasará ofreciéndose, ni se exibirá en un estante.
Seguramente estará en alguna mirada, en algún encuentro o en el descubrimiento de cuánto amor teníamos para dar.
Leído en la apertura del programa 665