Hay otras bocas, las que ruegan, las que alaban, las que celebran, las que enuncian sueños, ansias o deseos en varios colores y anhelos, las que bendicen mis oídos, los tuyos, los nuestros.
Pero aquellos, los que lastiman y cercenan nunca callan, no tienen freno.
Será necesario no prestar el oído, y mantenerlo ocupado como está con las cosas buenas. Hay mucho para agradecer si escuchamos, juntos.
Leído en la apertura del programa 527
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por comentar. Tu mensaje quedará en espera de moderación y será publicado en breve, a criterio del autor del blog. Saludos,