No me avergüenzo de pedir ayuda. Nadie es tan fuerte como para no necesitarla en algún momento.
Es cierto que puede haber quién tome ese pedido de auxilio como debilidad e intente sacarle partido, pero es seguro que hay alguien que me quiere en serio y está siempre dispuesto a ayudar.
Pedir ayuda no es señal de debilidad sino de inteligencia: significa que hemos aprendido a reconocer nuestros propios límites y nos dimos cuenta de que necesitamos al otro para continuar.
Leído en la apertura del programa 147
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por comentar. Tu mensaje quedará en espera de moderación y será publicado en breve, a criterio del autor del blog. Saludos,