trepa por mis brazos, atraviesa mi cabeza,
toca cada una de mis células y se extiende por mi alma.
Nada hacía presumir
Nada hacía presumir
tal explosión de los sentidos.
Si ayer me veías solo en sueños,
hoy el amor me atañe y ya no me transparento.
Ese color, un dolor, es el placer que me produce tu forma de soñar.
Cuando caiga el día
estaremos convencidos de la vida.
Aunque nadie nos vea, nos encontraremos sin pesares
y reconociendo en el eco de los sonidos,
el momento del amor.
Leído en las aperturas de los programas 478 y 641
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