lunes, 27 de noviembre de 2023

Si, el presente

Pocas palabras tan atadas a nuestro destino, como la palabra presente. Tanto, que muta su significado y aún su sentido a medida que los días, los años y las ansias son otras.

El presente bello eterno de la infancia se carga de ansiedades y futuros cuando el mundo se agranda y muestra sus luces. O sus fauces. Ergo, las decisiones púberes se atropellan en su puerta, amontonadas como cartas perdidas entre millones de dudas y frustraciones. Lo único permanente es el cambio, dicen, y la adolescencia parece moldear esa realidad con puño de hierro. El presente cambia con la velocidad luz del humor del portador. 

Si la fortuna decide estirar el minuto de gloria vendrán otros presentes, variedad de hoyes marcados por el mañana, que abusarán de cáscara hasta la próxima nuez. Será un presente como ausente condenado al suplicio de ignorar el futuro, tan de otros como suele ser. Hijos, jefes, pendientes, anhelos, un queserá infinito a nuestra mirada, que no es tal. Cruda realidad.

Y yo llego hasta este hoy mío, un presente de la vida que suele mentarse como con más pasado que futuro, aunque cargado con una suerte que no sabía y ahora intuyo: ahora sí. 

Si, el presente.

Leído en la apertura del programa 610