la vida de uno, digo,
se divide en dos etapas:
La primera, cuando suceden
más nacimientos que muertes.
La segunda sería aquella
en la que nos acontecen más muertes.
La suerte me favoreció
con mucho de lo suyo en la primera.
Esta, la segunda, me encerró en su loop
de partidas sin solución de continuidad.
Trato de convencerme,
(siempre uno lo ha escuchado),
es la vida, a todos nos etcétera.
Insisto, no me cuaja y me niego,
pero así son las cosas.
Entonces, decido sumar
y las matemáticas me cierran:
la primera más la segunda
es igual a un renacer
en cada arribo
y en cada recuerdo.
Leído en la apertura del programa 523