No soy como los cachorros, que viven corriendo detrás de los ciclistas o ladrando por igual a las ruedas de los autos y al gato del vecino, renegando del collar o del pretal como si les fuera en eso la vida o haciendo sus cosas con desparpajo no importa quién esté.
No señor. Yo soy un adulto que sabe comportarse, que se detiene ante los semáforos y las personas, que tiene un momento y lugar para todo, que ladra amenazante para proteger a los que quiere.
Si, señor. Soy todo un perro, que se jacta de su libertad. Así me domesticaron.
Leído en la apertura del programa 502