'Ilusión de mar, ilusión de vientos, ilusión de ilusiones', continuó lamentando, casi como un mantra salido de una boca en agonía.
El aroma, la bruma y la espuma del mar no eran suficientes: el canto de Sirena -de su Sirena- ahogado en puertos, le apretaba el alma como el peso de un ancla con destino de fondo y cadenas rotas.
Presentado en las aperturas de los programas 464, 525 y 596
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