Me miró dos veces. Me miró, bajó la mirada como tratando de procesar lo que veía y me volvió a mirar. Aunque disimulé, no quise ofenderlo con mi descortesía de parecer un fisgón. Decidí enfrentar la situación, porque ¿qué hay peor que no dar la cara? Entonces lo miré a los ojos, seguro como estaba de que con solo ese gesto se sentiría obligado a darme alguna explicación. Funcionó.
"Te miré dos veces, disculpame", me dijo. "Pero sucedió que de primera no te reconocí, por eso volví a mirar, como confirmando que, efectivamente, eras vos."
Sin poder salir de mi asombro, retruqué, "¿Cómo es eso de no reconocerme? ¿Tantos años juntos y me decís eso?"
"Yo qué sé", me dijo algo abrumado, como buscando una excusa. "Te vi desde muy chiquito en brazos de tu papá, tocando tu reflejo para reconocerte en él. Te vi ya de mayorcito, intentando dominar esos remolinos imposibles con gomina antes de salir para la escuela. Seguiste creciendo y te vi peleándole al acné con cuánta crema te traía tu vieja. Te vi luego bien empilchado antes de salir para el trabajo. Y te vi más tarde enseñándole a tu hijo a afeitarse usando el mango de una cucharita a modo de navaja. Y seguí mirándote, día tras día. Y ahora me doy cuenta de cuánto tiempo pasó, ¿no? Por eso, cuando hoy te miré la primera vez me pareciste otro. Noté, porque no había prestado atención antes, el paso del tiempo y las canas y las arruguitas aquí y allá. Pero cuando te volví a mirar, vi en tus ojos que aquel chico seguía allí, y agradecí que hubiéramos hecho todo este recorrido juntos."
La verdad es que me hizo emocionar, el muy turro. Iba a responderle, pero al final no me atreví, porque lo sé, es imposible engañar al hombre en el espejo.
miércoles, 22 de enero de 2025
martes, 21 de enero de 2025
No hay ateos en las trincheras (Publicación digital)
"Repasando algunas de sus experiencias vividas, es que llegó a intuir que había algo personal entre
él y la muerte. Seguramente las suyas eran diferentes a
las vivencias de otras gentes, pero las adivinaba similares
en efecto."
La memoria, a veces dulce y a veces cruel, suele jugarnos algunas pasadas que preferimos olvidar o amamos recordar. ¿Acaso no es eso la vida?
Sobre esto reflexionamos en este texto, que se puede bajar haciendo clic AQUÍ.
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sábado, 4 de enero de 2025
Microplásticos
La mujer compra té en saquitos en el mercado del chino de la vuelta. La caja más barata, la de nombre 'en argentino', porque las que vienen en inglés cuestan tres veces más y no da el bolsillo. Ni se atreve a pensar en comprar café y la yerba se fue muy arriba, así que con un tecito calentito y alguna masita de las que quedaron de anoche ya está mejor.
Llega a la casa y pone la pava para preparar el primer saquito de la caja. Piensa en dejar un poco en la taza para después, cuando se enfríe. Con un algodón se lo pasa por el ojo y le alivia la molestia de ese orzuelo que vuelve cada tanto.
La tele está prendida en algún canal de noticias. Siempre está así, la distrae un poco. Una señora de linda voz dice la noticia: 'científicos descubren que al pasarlos por el agua caliente, los saquitos de té liberan microplásticos'. La locutora explica que son los microplásticos y el daño que hacen a la salud.
La mujer en su cocina revuelve una vez más el té en su taza mientras piensa en su suerte. Le quedó algo de azúcar.
jueves, 2 de enero de 2025
Obituario triple equis
Falleció la actriz de películas adultas en su propio lecho. Vivió intensamente cada año hasta el sesenta y nueve. Alcanzó la fama aún con pocas películas en su haber: el director solo la puso en cuatro. Celebraba con extravagantes fiestas su onomástico todos los años en enero el día ocho, preparándose para ello muy bien el siete. Toda una estrella, sin dudas, que será recordada con pena por todo aquel a quien le compete.
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