viernes, 19 de diciembre de 2025

Esta vez tuve suerte

-¡Hola!, me dijo. No te esperaba tan pronto, aseguró sin el más mínimo gesto de agrado o sorpresa.

-Bueno, no es que yo estuviera tan apurado por venir. Pero aquí estoy, listo para entregarme en tus brazos...

-Andá, no me engañás, vos tenés siempre una intención en la manga, como un mago berreta al que no le quedan más trucos porque el público ya le adivinó todos.

-Mirá que sos jodida, ¿eh? Solo quería un poco de paz, dormir un rato y dejar que mi cabeza descanse. Después iba a arrancar de nuevo, pero te escuché llamar y vine. 

-¿Y cómo sabés que te llamaba a vos? ¿Quién sos? Te creés realeza y sos la Princesa de Margy. No te confundas, pura espuma, es un jabón que termina siempre adentro de un cajón. ¡Uy, me salió con rima y todo!

 -Ja, qué graciosa. En fin, con semejante recibimiento solo me queda retirarme con lo que me queda de dignidad, dije, disimulando el enojo.

Estalló en una carcajada, tal vez porque pensó que la dignidad y yo no hacemos buena pareja, tal vez por su propio chiste de jabones, tal vez solo por pura maldad. Pero la muy infame no paraba de reir, podía escucharla aun a la distancia mientras volvía. 

Parece que esta vez tuve suerte, pude despertar. Malditas pastillas.

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