miércoles, 22 de enero de 2025

Me miró dos veces

Me miró dos veces. Me miró, bajó la mirada como tratando de procesar lo que veía y me volvió a mirar. Aunque disimulé, no quise ofenderlo con mi descortesía de parecer un fisgón. Decidí enfrentar la situación, porque ¿qué hay peor que no dar la cara? Entonces lo miré a los ojos, seguro como estaba de que con solo ese gesto se sentiría obligado a darme alguna explicación. Funcionó.

"Te miré dos veces, disculpame", me dijo. "Pero sucedió que de primera no te reconocí, por eso volví a mirar, como confirmando que, efectivamente, eras vos."

Sin poder salir de mi asombro, retruqué, "¿Cómo es eso de no reconocerme? ¿Tantos años juntos y me decís eso?"

"Yo qué sé", me dijo algo abrumado, como buscando una excusa. "Te vi desde muy chiquito en brazos de tu papá, tocando tu reflejo para reconocerte en él. Te vi ya de mayorcito, intentando dominar esos remolinos imposibles con gomina antes de salir para la escuela. Seguiste creciendo y te vi peleándole al acné con cuánta crema te traía tu vieja. Te vi luego bien empilchado antes de salir para el trabajo. Y te vi más tarde enseñándole a tu hijo a afeitarse usando el mango de una cucharita a modo de navaja. Y seguí mirándote, día tras día. Y ahora me doy cuenta de cuánto tiempo pasó, ¿no? Por eso, cuando hoy te miré la primera vez me pareciste otro. Noté, porque no había prestado atención antes, el paso del tiempo y las canas y las arruguitas aquí y allá. Pero cuando te volví a mirar, vi en tus ojos que aquel chico seguía allí, y agradecí que hubiéramos hecho todo este recorrido juntos."

La verdad es que me hizo emocionar, el muy turro. Iba a responderle, pero al final no me atreví, porque lo sé, es imposible engañar al hombre en el espejo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por comentar. Tu mensaje quedará en espera de moderación y será publicado en breve, a criterio del autor del blog. Saludos,