Puede suceder que las historias pierdan relevancia, cuando lo que se pretende es destacar el carácter de los personajes centrales y de los actores en los roles secundarios.
Como en un thiller de argumento improbable, las reacciones, las miradas, las traiciones, los amores, los gestos de valor y aún los actos de cobardía serán la razón de ser del espectáculo y definirán al héroe -o a la heroína- en los avatares de la trama.
Y cuando todo haya terminado, el público querrá -o detestará- ser como uno de ellos sin prestarle mayor atención a la historia, que en definitiva era lo menos importante.
Igual que en el cine.
Leído en las aperturas de los programas 208, 457 y 520
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