viernes, 15 de noviembre de 2024

Aquel día en que muera un poeta no estés triste

Aquel día en que muera un poeta no estés triste. 
Solo recordá como cambiaron de significado las palabras para vos
cuando volviste a leerlas de su pluma. 
Amor, pena, muerte, dolor, fe, alegría, 
comenzaron a tomar su propio vuelo, 
imprimieron su propio sentido en tus sentidos
luego de haber pasado por el tamiz resignificante del alma del poeta. 
No estes triste cuando muera un poeta, 
sus versos te seguirán cobijando aunque él ya no esté. 
Entender cuanto nos curan sus palabras 
es tal vez, entender por qué necesitabamos al poeta. 

En memoria del poeta Peter Sinfield. QEPD.

lunes, 28 de octubre de 2024

Fantasía en alquiler

Me citó en aquel bodegón oscuro del barrio, el de los vasos percudidos por mal lavados y manteles de papel. Ya conocía el lugar por haber saciado mil hambres allí, sellando siempre el menú abundante con el habitual postre de queso y dulce en porciones generosas. 

Cuando llegué, él ya estaba sentado a la mesa, una para dos comensales. Tenía sus manos sobre la mesa, crispadas, como si fuera a pegar un salto o a levantarse y arrojar la mesa contra alguien más. 

Al acercarme noté un brillo en sus ojos que me hizo dudar de quedarme, pero la curiosidad, sumada al tono ansioso que noté en su llamada telefónica pudieron más. Me saludó con su efusividad habitual y me invitó a sentarme a su lado, como buscando una pretendida intimidad de confidente y evitar que alguien más escuchase lo que tenía para decirme. 

-Pedite algo, me apuró

-No, recién comí. En una de esas más tarde me pido un café, se me ocurrio por toda respuesta. La intriga del convite no me permitió abundar en la cuestión y me llamé a silencio, esperando que fuera él quien abriera el diálogo, que desde el vamos anticipé, sería un monologo. 

-No sabés lo que tengo entre manos, una locura, arrancó

-Si, seguramente es una locura, pensé, pero no lo dije. No quise desanimarlo de entrada, pero de todos modos él no esperaba respuesta, porque me ignoró y siguió,

-Se me ocurrió al despertarme de un golpe en la cabeza, como al tipo de "Volver al futuro", ¿te acordás de la película? Bueno, algo parecido solo que no lo dibujé, lo tengo todo acá, dijo presionando su dedo índice sobre su sien. 

Y comenzó. Me habló largamente sobre la existencia de seres fantásticos y su encuentro con ellos. Elaboró una muy detallada lista de tipos, nombres y carácterísticas: dragones, elfos, ángeles, vampiros, hadas, licántropos, sirenas y un largo etcétera poblaban una improbable e interminable lista. Me aseguró enfáticamente, que vislumbraba la posibilidad real, según métodos también de su elaboración, de capturarlos y domesticarlos para luego darlos a préstamo por una módica suma. Seguramente, gente asustadiza, bromistas de toda calaña y aún los productores de películas de Holywood requerirían de sus servicios, lo que hacía presuponer que su idea sería un negocio muy rentable. Con ese dinero podría ampliarlo y construir un parque para que los seres corretéen libremente mientras esperan el próximo conchabo, 

-Pero para todo eso preciso un socio, dijo, y pensé en vos.

Hizo entonces silencio, esperando una respuesta entusiasta de mi parte. Pero todo lo que atiné a decir fue,

-¡Vos estás loco! ¡El golpe te dejó más boludo que de costumbre! ¿Y para esto me llamaste? 

Otro largo silencio. Entonces se levantó, mientras yo miraba sus ojos que comenzaban a apagarse, y en tono de resignación me dijo,

-Me doy cuenta, en este plano nunca me entenderás.

Se pasó la mano por el cabello, manchándosela con la sangre aún fresca, y desapareció. Se esfumó frente a mis ojos. 

Entonces tristemente comprendí todo, y en aquella tristeza me consolé con la idea de que, a pesar de la desilusión que le provocó mi respuesta, él siempre tendría compañía, nunca más estaría solo.

miércoles, 9 de octubre de 2024

La forma en que vivimos

El dueño del lugar maltrata al personal, no se permite el mínimo error. Observando la escena, sus ocasionales visitantes simularán empatía para ocultar el desprecio de fondo. Pero ellos son ellos y nosotros somos nosotros. Y quien va a discutirlo, piensa.

En una oficina el jefe grita a los cuatro vientos, se queja amargamente porque la turba que tiene como empleados no deja su vida en servicio de las ganancias de la empresa. Tipos que se atreven a querer una vida pero no pueden. Con todo lo que deben, piensa.

El politico que vocifera desde su banca, acomoda el discurso a la conveniencia del momento. La conveniencia suya, claro. ¿Problemas? Ya mentirá soluciones el próximo que gane, piensa.

Tristemente todos ellos olvidan que habrán de dejar del mismo modo sus huesos entre los grumos de tierra y los bichos. Son ciegos y sin memoria. Todos. 

No ganarán ni perderán favor alguno ni podrán eludir aquel momento inevitable. Razón de más para tratar, no de vivir en un eterno balance financiero sino de disfrutar las sencillas ganacias de una conciencia en paz. 

La forma en que vivimos hace una diferencia. 

lunes, 16 de septiembre de 2024

De papel

Me gustaba jugar con mi barquito de papel en el hilo de agua, ahí junto al cordón. 

Cuando la anciana de mitad de cuadra (digo 'anciana', y seguramente era más joven de lo que soy yo cuando escribo esto), decía, cuando María, la señora mayor que vivía a mitad de cuadra baldeaba la vereda, arrastrando con su escoba el agua hacia el cordón, mi sencillo hilito de agua se convertía en un río impetuoso que empapaba y terminaba deshaciendo mi barquito de papel. 

Y ahora que lo pienso, la vida tiene algo de eso. 

Tal vez vivir consiste en tomar otro papel, limpito y seco y armarse de nuevo, después de que el río impetuoso vuelva a ser un caudal, uno que permita navegarlo así, como jugando, junto al cordón de la vereda.

Leído en la apertura del programa 634

jueves, 5 de septiembre de 2024

Soy

Yo soy yo y soy muchos, y en todos soy yo. Transito la vida y soy yo, yo conmigo y mi yo. 

Duermo y soy ese cuerpo yacente y también el que sufre o ríe en sueños. Mientras sueño soy los dos. 

Soy el héroe de mil batallas, que todas perdió. Soy el disminuido que reclama un mundo a su medida y solo recibe el eco de su propia voz. 

Soy el que soy cuando estoy solo. Soy el que aparento cuando solo no estoy, solo que no estoy.

Soy yo, soy muchos, pero en todos soy yo.

Leído en la apertura del programa 633

lunes, 29 de julio de 2024

La aparición en sus variadas formas

Nada de lo bueno desaparece, a pesar de que ciertas voluntades desaparecedoras, con sus veladas intenciones desaparecientes, en ocasiones han desaparecido o hecho desaparecer cosas y aun gentes.

Pero sucede que cada átomo de aquello dado por desaparecido se refugia entre la masa de los recuerdos y fluye con la energía de las causas justas. 

Y algún día aparecen, aunque puede que se corporicen de las más variadas formas.

Y es entonces todo lo malo lo que desaparece bajo la voluntad revelada de la memoria, entidad que se niega cada vez y tozudamente a borronear aquellas líneas bien marcadas por la vida. 

Aparece lo que parecía no estar, porque nada muere si vive en nuestro recuerdo y se recuesta en el horizonte de nuestra esperanza.

Leído en la apertura del programa 628

martes, 16 de julio de 2024

Niños

Un niño, con esa mirada entre asombrada y curiosa unida a una atención sincera; una mirada que no considera color, sexo o filiación política del sujeto destino de su sonrisa, simplemente sonríe.

Y esa expresión de un adulto frente al niño, que pareciera celebrar en ese instante el olvido de sus angustias y dolores frente al espejo de quien fuera alguna vez. Puro deleite. 

Claro, no todo niño sonríe y no todo adulto aprecia, me apena reconocerlo. Hay dolores que empañan todo intento de celebración. 

Pero qué satisfacción verlos cuando esa chispa sí enciende lo espontáneo del encuentro y festeja la vida. Una, la de quien comienza su recorrido y otra, la que lleva ya tiempo transcurriendo pero aun recuerda que alguna vez fue como aquel niño. 

Luego, al momento de la separación, el adulto regresa a su gesto adusto por mandato, porque otros adultos, que ya no celebran, lo condenan. Y aquel niño que regresó a su memoria por un instante, corre raudamente a esconderse bajo las sábanas del qué dirán, no sea cosa.

Aquel cambio tiene multiples razones, motivos, excusas y pareceres. No hay una causa segura. Pero sí es cierto que el mundo sería diferente, afable y hasta más grato, si anduvieramos sobre nuestros pies rememorando aquello que revivimos en la sonrisa de aquel niño. 

Leído en la apertura del programa 626

lunes, 10 de junio de 2024

Ojos tristones

Me miró con esos ojos tristones, casi al borde de las lágrimas, y comprendí que desde ese momento nuestros destinos estarían enlazados en un único deseo. Uno intrincado, confuso, como un deseo ajeno que se parece a la ilusión de alcanzar algo, aunque no sea real. 

De esto hace ya varios años, tengo que hacer un esfuerzo para recordar cuantos, en los que compartimos techo y diván, momentos y ausencias, comida y soledad, angustias y consuelos. 

Nuestras conversaciones versaban sobre arte, música, libros, viajes y sueños, aunque generalmente tenía la impresión de que solo yo hablaba. Confieso, egoistamente, que el eco de mi propia voz se me hacía suficiente como para presumir algún tipo interés de su parte en que siguiera yo con mi perorata. Nunca me lo reprochó, así que no abandoné jamás aquella práctica. 

Finalmente un día llegó la noticia más temida. Ella partiría y me dejaría con mis soliloquios, mis comidas, mis ausencias y mis consuelos. Y un diván vacío. Desesperado, busqué en un profesional alguna palabra que me hiciera pensar que otro final era posible. Insistí, traté de persuadirlo hasta transformar mi ruego en un clamor urgente. Le reclamé,

-¿Está usted seguro? ¿No hay nada que podamos hacer?
-No, contestó secamente el veterinario.

martes, 4 de junio de 2024

Elogio

La mayoría de las serpientes evitará en lo posible a las personas, pero todas las serpientes morderán como último recurso cuando se sientan amenazadas o sorprendidas. Si lo muerde una serpiente, considérelo un evento grave. 

En cambio, si lo critíca un estúpido ignórelo. Lo hace porque se siente amenazado o sorprendido, lo cual en definitiva es un elogio para usted.

Leído en la apertura del programa 619

sábado, 25 de mayo de 2024

Confesión de mayo

Debo confesar algo: estas son fechas que me duelen, por inciertas de tan contradictorias. ¿Cómo se construye ese relato llamado "Patria"? ¿Es el de coterráneos que se insultan en la redes por el solo hecho de pensar distinto? ¿Es el de los dueños del grano y las vaquitas, que siempre son ajenas? ¿Cómo "hago patria" yo, con aquel que justifica la tortura, el secuestro y la desaparición de otro compatriota en nombre del Estado? ¿Qué tengo que ver yo con el habitante de este suelo que vivó a los militares en Malvinas y luego entregó al olvido y al abandono a los veteranos? ¿Soy de la misma patria que el corrupto, que el desalmado que pondera una economía que abandona a los desposeídos y a los ancianos? 

¿Qué es entonces "la Patria"? ¿Una mentira que me inculcó Mitre y convalidó Ibáñez en el libro de Historia de la escuela? 

Escribo todo esto y me siento culpable por no sentir, como el resto, un día de emociones, de "sacar pecho" aunque vea gente en las calles con la camiseta de Messi en lugar de una escarapela. Y caigo entonces en la cuenta de que también hay gente haciendo el bien a sus compatriotas y que, a pesar de que cierta "patria" los mantendrá en la oscuridad, continúan enseñando, alimentando, curando, dando afecto, protegiendo, alentando. A pesar de aquella "patria" de pocos y olvidadiza, hacen, procuran, dan. 

Si ellos son mi Patria y siguen haciendo la revolución, celebro entonces con ellos este día.

lunes, 20 de mayo de 2024

Dos momentos

Creo que la felicidad tiene dos momentos: alcanzarla es uno, y compartirla otro.

Hablo de alcanzar una felicidad que suele ser cortita, muchas veces esquiva, pero que llega. Finalmente llega.

Aclaro que yo renuncié a una felicidad permanente, no por resignación sino por imposiblidad. 

Mejor aprovechar la poquita que llega en sencillas dosis, que perderla de vista por esperar un premio mayor que tal vez nunca llegue. Como mi abuelo, que jugó toda su vida el mismo número a la lotería y jamás salió, salvo la única vez que no lo jugó. 

Y hablamos de compartirla, porque tal vez esa sea justamente la posibilidad de una felicidad completa. No cuando la alcanzamos sino cuando, por breve y modesta que sea, nos podemos dar el gusto de ser felices con otros.

Leído en la apertura del programa 617

lunes, 13 de mayo de 2024

Es el modo en que vivimos

¿Cuánto dura la vida, entonces? Dura, lamento reconocerlo, tanto como lo percibimos. Los minutos se suceden lentos en la tristeza, la tragedia o el aburrimiento. Y, por el contrario, parecen tener alas cuando nos toca en suerte el bienestar. Lo único cierto es que esas engañosas percepciones intentan convencernos, las más de las veces con éxito, de que la vida es solo eso, un producto de nuestra percepción. Y, sin embargo, los relojes marcan las mismas horas, minutos y segundos para todos los vivientes. Nosotros, tozudamente, nos esforzamos en ajustarlos, sin percatarnos de que lo que se fue de hora es el modo en que vivimos.

Leído en la apertura del programa 616

lunes, 29 de abril de 2024

Amalgama

Amalgama de sabores, aromas, miradas y favores, tu amor.
Nunca nadie hará un mejor trazado del camino que puedo recorrer,
Ni reunirá en haz más compacto el conjunto de mis locuras,
Y tampoco hará mejor reseña o relato de mis anhelos con solo mirarme,
Como cuando me dejo llevar lejos por el influjo de desearte.
Y si alguna vez soñé amar, fue porque amarte es ir más allá de los sueños.
Y si alguna vez amé soñar, fue por despertar, abrir los ojos y verte. 
Los días pasan, los años se acumulan en este rincón que compartimos,
Sin embargo, nada envejece, nada se aja ni se agrieta en nuestra ilusión,
Porque no hay cosa que se esemeje a la inmensidad que nos contiene, 
Esto es, el amor con el que día a día, en cada amanecer del alma, amamos amarnos.

sábado, 2 de marzo de 2024

Antídoto

Me detengo, pienso y me digo, debo dejar esta maldita sensación de soledad

Miro entonces alrededor y veo que por entre la maraña de desgracias humanas, surgimos. 

Yo tú él nosotros vosotros ellos, surgimos.

Digo mejor, re-surgimos.  Quienes amamos, soñamos, sembramos aún en la nada intentando cosechar algo del todo, volvemos a surgir cada vez. 

Porque si hay un renacer debe haber también un permiso, una habilitación que es a la vez una obligación, la de resurgir entre los despojos, entre lo que las cenizas van dejando.

Cenizas de un incendio que no provocamos pero sufrimos.

De un despojo que no buscamos pero que nos desviste de todos modos.

De una desesperanza impuesta desde el afuera que niega la resurrección pendiente.

En nuestro resurgir, en cambio, nos aferramos a la esperanza. 

Nosotros, juntos, somos nuestro antídoto contra la soledad.

Leído en la apertura del programa 607

jueves, 25 de enero de 2024

Ala y viento

Debería detenerme y mirar los pájaros.
Observar a la calandria, 
las alondras, las golondrinas 
y al colibrí, tan libres ellos.
Detenerme a mirar aquella comunión
entre viento y alas, 
a la dependencia mutua, 
a ese deseo, tan parecido.
El del pájaro, de ser cielo, 
el del viento, de saberse bello.
Y yo aquí, tan terrenal,
debería detenerme y anhelar alas,
abrir mis brazos y simular,
agitarlos y parecer un loco.
Pero solo sería el estallido de mi anhelo,
llegar al cielo con mis propias alas.

Leído en la apertura del programa 609