"Empezar el día con una voz amable,
una compañía discreta.
Toca esa canción tan escapista
y la música mágica pone tu mañana
de buen humor..."
Así comienza la canción, que no tiene un final feliz. Pero de una manera u otra nos describe: la radio suele ser nuestra compañera discreta en los auriculares, debajo de la almohada o sobre la mesa de trabajo. Por la mañana, las tardes o las noches...
Qué maravilloso es su sencillo modo de crear imágenes a través de las palabras. En eso se parece a los libros, y tal vez por eso la quiera tanto.
¡Feliz día, eterna radio!
Leído en la apertura del programa 288
Leído en la apertura del programa 288
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