Sueño taimado, el que se convierte en pesadilla.
Traidor, por dos razones: por inesperado, que ataca por sorpresa, y por cambiar la esencia de lugar de espera.
La ciencia los clasifica y enumera, según la data que tiran unos cablecitos pegados a la sesera.
Los poetas, en cambio, tiran hilos de plata para unir palabras que intenten.
Pero entonces viene una pesadilla y nos marca el territorio de temor.
Afortunadamente, tengo otra noche por delante.
Leído en la apertura del programa 287
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