Pero sucede que cada átomo de aquello dado por desaparecido se refugia entre la masa de los recuerdos y fluye con la energía de las causas justas.
Y algún día aparecen, aunque puede que se corporicen de las más variadas formas.
Y es entonces todo lo malo lo que desaparece bajo la voluntad revelada de la memoria, entidad que se niega cada vez y tozudamente a borronear aquellas líneas bien marcadas por la vida.
Aparece lo que parecía no estar, porque nada muere si vive en nuestro recuerdo y se recuesta en el horizonte de nuestra esperanza.
Leído en la apertura del programa 628
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