Bienaventurados entonces, aquellos que cuando son abandonados por sus sueños o los pierden por el camino sueñan otros nuevos, mejores o peores pero necesarios para caminar.
Porque caminar sin sueños conlleva el riesgo de dormirse parado en el mismo lugar.
Leído en las aperturas de los programas 331 y 493
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por comentar. Tu mensaje quedará en espera de moderación y será publicado en breve, a criterio del autor del blog. Saludos,