En este país eterno jardín de infantes, como lo definiera genialmente María Elena Walsh, olvida quien debiera recordar y recuerda quien no puede olvidar.
Nosotros preferimos estar del lado de quienes hacen memoria porque no pueden olvidar.
Callar cuando se debe hablar o hablar para defender la desmemoria, se parece mucho a la complicidad.
En un día que no es un día cualquiera, elegimos la memoria. De ese lado estamos.
Leído en las aperturas de los programas 362 y 652
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