sábado, 22 de agosto de 2015

Distracción

Sangre por fuera y piel por dentro.
Y el sentido de las cosas
que no encuentran sentido.
Llueve desde la tierra hacia las nubes,
y los árboles crecen hacia abajo.
Las agujas del reloj corren hacia atrás
ya no marcando horas sino desatinos.
Y la irreductible manía de ser
que tienen las penas que ya fueron.
¡Qué convicción, para tanto artificio!
Cauce que sube y un mar tan dulce.
Y el pulso que en verdad se resiste
muy a pesar de mi desvarío.
Se vuelven rojas las luces de neón
y se me olvidan sus verdes.
Mis pies caminan sin su habitual sed
ya olvidados de pisar en firme.
Y la inconfesable verdad de ya no ver
las dichas que no son del cielo.

Leído en la apertura del programa 244.

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