
Pero por esa cosa de esperar a que mañana sea mejor aún en situaciones ya de por sí insuperables, lo dejamos para otra oportunidad, la que parezca más adecuada.
Tal situación sin embargo, conlleva la paradoja de querer morirse cuando todo sale mal. Afortunadamente o no, la tozudez por la búsqueda del mejor pasar futuro vuelve a emerger y entonces el momento de la partida vuelve a posdatarse hasta que el mal tiempo amaine.
Y así se nos va la vida, en pretender elegir el mejor momento para morir y equivocarse siempre.
Leído en la apertura del programa 581
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