y tampoco digan que faltan poetas.
Mientras gire el mundo y las hojas caigan,
y los cuerpos se junten y las caras reflejen
las horas, los días y los para siempre;
mientras los deseos se tienten recorriendo las veredas
y los cielos se limpien luego de cada tormenta,
y en tanto los caminos se abran
Mientras gire el mundo y las hojas caigan,
y los cuerpos se junten y las caras reflejen
las horas, los días y los para siempre;
mientras los deseos se tienten recorriendo las veredas
y los cielos se limpien luego de cada tormenta,
y en tanto los caminos se abran
para que los transites sin aduanas ni límites,
y mientras las bocas se abran a la lluvia
y la sangre recorra tus pasiones,
y sueñes en sueños con una ronda de favores,
habrá poesía y existirán los poetas.
Abramos pues, los oídos del alma.
y mientras las bocas se abran a la lluvia
y la sangre recorra tus pasiones,
y sueñes en sueños con una ronda de favores,
habrá poesía y existirán los poetas.
Abramos pues, los oídos del alma.
Leído en las aperturas de los programas 460, 517 y 629